GALLETAS DE MANTEQUILLA DE MANÍ

GALLETAS DE MANTEQUILLA DE MANÍ
Galletas suaves por dentro, levemente crujientes por fuera, con un sabor equilibrado y no excesivamente dulce. Perfectas para acompañar un café o como snack.
Dificultad: Baja
Porciones: 16 galletas
INGREDIENTES
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230 g de harina sin polvos de hornear
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½ cucharadita de polvos de hornear
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½ cucharadita de bicarbonato de sodio
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120 g de mantequilla (con o sin sal, a temperatura ambiente)
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140 g de azúcar rubia
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100 g de azúcar blanca granulada
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100 g de mantequilla de maní suave (cremosa)
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1 huevo grande
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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60 g de azúcar demerara (para rebozar)
PREPARACIÓN
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En un bowl, mezcle los ingredientes secos: harina, polvos de hornear y bicarbonato. Reserve.
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En un bowl grande (idealmente con batidora), bata la mantequilla, el azúcar rubia, el azúcar blanca y la mantequilla de maní durante 3 minutos a velocidad media-alta, hasta obtener una mezcla cremosa.
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Agregue el huevo y la vainilla. Bata durante 1 minuto a velocidad media.
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Incorpore la mezcla de ingredientes secos. Bata a velocidad baja durante 30 segundos a 1 minuto, hasta formar una masa homogénea.
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Divida la masa en porciones de 50 g y forme bolitas. Reboce cada una en azúcar demerara. Colóquelas en una bandeja o recipiente y refrigere al menos 2 horas (puede ser toda la noche o congelar).
HORNEADO
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Precaliente el horno a 180 °C con ventilador (convección).
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Coloque las galletas en una bandeja con papel mantequilla, dejando 5 cm de separación entre cada una.
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Aplane ligeramente cada bolita hasta que tengan 2 cm de grosor.
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Hornee durante 13 a 15 minutos, hasta que los bordes estén dorados y la superficie se vea arrugada.
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(Opcional) Gire la bandeja a los 8 minutos si el horno hornea de forma dispareja.
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Al sacar del horno, golpee suavemente la bandeja contra el mesón para lograr una textura más masticable.
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Deje enfriar antes de servir.
TIPS ADICIONALES
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Para congelar: forme las bolitas y aplánelas ligeramente. Luego congélelas. Antes de hornear, déjelas reposar 30 minutos a temperatura ambiente.
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Para un acabado más perfecto: use un cortador redondo (más grande que la galleta recién horneada) y gírelo suavemente alrededor de la galleta mientras aún esté blanda, para moldearla.